Un paseo por las calles principales de Viena te parecerá un viaje al pasado. Los magníficos edificios decimonónicos de los bulevares y los carruajes tirados por caballos, con conductores vestidos de frac, casan a la perfección con los lugareños ataviados con pelucas barrocas que se congregan
alrededor de la Stephansplatz.
Gracias al amor que siente por su historia, Viena ha conservado su antiguo encanto. Son muchas las obras maestras del barroco y del art nouveau esperando a ser descubiertas. Desde el Palacio de Schönbrunn a la Ópera Estatal de Viena y el Palacio Belvedere,
Viena es una ciudad infinitamente digna de la realeza.
Dónde comer
Si no te preocupan las calorías, Austria tiene un sinfín de delicias que probar. Los platos pueden ser abundantes, pero la comida es de alta calidad. Viena es la ciudad ideal para una escapada, sobre todo cuando saboreas un pastel mientras tienes un palacio como telón de fondo.
Todo viaje a esta ciudad debe empezar con una buena ración de Wiener Schnitzel. Aunque este famoso escalope vienés se puede encontrar cualquier establecimiento de Viena, los lugareños más expertos se dirigen a la Schweizer Haus, una cervecería en medio del Prater (donde después podrás dar un paseo para bajar el almuerzo).
La variedad más absoluta se encuentra en los pasteles austríacos. El más famoso es probablemente la tarta Sacher, un pastel de chocolate de cuatro capas creado para el Príncipe Metternich en 1832. Mientras que la mayoría de los turistas acuden al Café Sacher, el lugar de nacimiento de esta receta,
los viajeros más intrépidos van al Gerstners K.u.K. Hofzuckerbäckerei Demel, donde elaboran el pastel de manera artesanal. Saborea este postre tan tentador mientras admiras las lámparas y la porcelana del interior del local. ¿Otra ventaja? Aquí se sirve uno de los mejores cafés de la ciudad.
Viena tiene una tradición cafetera muy arraigada, por lo que puedes conseguir un buen café en cualquier sitio. Los cafés tradicionales tienen techos altos, sillas de madera y camareros ataviados con traje. Puedes optar por el Café Landtmann, situado en un edificio histórico de 1873. Entre sus
clientes más distinguidos podemos mencionar al escritor Thomas Mann, el psicoanalista Sigmund Freud y la actriz Romy Schneider.
Durante más de 200 años, los viajeros han acudido a K.u.K. Hofzuckerbäckerei Demel por sus famosas tartas Sacher. Esta pastelería es célebre por sus pasteles artesanales.
Qué hacer
Hay tanto que ver y hacer en Viena que uno no sabe por dónde empezar. Para tener una visión general de la ciudad, comienza con la línea D de tranvía, que rodea el anillo central y revela bastantes lugares de interés. En este recorrido pasarás por el edificio del Parlamento, la Ópera Estatal o los Museos de Historia Natural y de Arte, entre una arquitectura realmente impresionante.
El bello edificio que acoge el Museo de Historia Natural merece una visita con tiempo, si lo tienes. Abarcando 39 salas de exposición, podrás contemplar desde esqueletos de dinosaurio hasta la mítica Venus de Willendorf, una figurita de piedra caliza encontrada en Austria en 1908 que data aproximadamente del 25.000 a. C.
Acércate hasta la Schmetterlingshaus, un edificio modernista cerca de la Ópera que alberga cientos de mariposas volando libremente entre cascadas y flores. Los amantes del arte tienen un amplio abanico de alternativas en Viena. La Albertina alberga exposiciones temporales y permanentes para
todos los gustos, desde Picasso, Monet o Lassnig. En el Palacio Belvedere podrás admirar “El Beso”, una de las obras cumbre de Gustav Klimt. Los aficionados al arte contemporáneo quedarán muy complacidos con la colección del Museumsquartier.
Viena cuenta con una lujosa mezcla de estilos arquitectónicos, desde el clásico al barroco pasando por el art nouveau. Recorrer los diferentes edificios es realmente una experiencia embriagadora, especialmente si te gustan las construcciones de estilo imperial. Incluso las estaciones de metro son auténticas obras de arte, como lo demuestra la parada del Stadtpark.
Si te inclinas más por la arquitectura moderna, la hallarás en la recién construida zona de Seestadt o en UNO-City. Esta última es una de las cuatro sedes de las Naciones Unidas y ofrece un buen número de plataformas, a modo de miradores, para conseguir una fotografía magnífica de Viena y
el Danubio. Hablando de panorámicas extraordinarias, no te pierdas la del Justizcafé, en la azotea del Palacio de Justicia.
En lo que respecta a palacios, Viena es posiblemente una de las ciudades con mayor número de edificios palaciegos de toda Europa. El Palacio de Schönbrunn es uno de los castillos barrocos más hermosos que podrás ver. Trasládate a otra época a través de las elegantes estancias y el jardín. Si
quieres darte un capricho, puedes pasar la noche en alguna de sus suites.
La oferta de la ópera y el teatro de Viena es algo inmejorable. La ciudad cuenta con cerca de 50 teatros, mientras que la Ópera Estatal es una de las joyas de la corona de la ciudad. Guardarás su imagen en el recuerdo durante toda tu vida. La tradición dice que debes visitar también la Escuela
Española de Equitación, para ver una representación de los famosos caballos lipizzano.
En definitiva, Viena ofrece una experiencia maravillosa en cualquier época del año. Pero, si puedes elegir, viaja en primavera, cuando la ciudad cobra vida gracias a sus innumerables jardines plagados de flores. En abril, florecen los cerezos frente al ayuntamiento y lo llenan de color. Con tantos
parques y espacios verdes, no te faltarán sitios donde relajarte. Los vieneses pasan mucho tiempo en sus queridos parques, ya sea invierno, otoño, primavera o verano. En diciembre los mercados navideños inundan toda la ciudad. Nuestro favorito es el mercado de Spittelberg, que se centra en
productos regionales caseros.
Las mariposas revolotean en el Schmetterlingshaus. Credit: Shutterstock La Karlskirche es una de las construcciones más icónicas de la ciudad. Credit: EyeEm
Dónde dormir
Hotel Babula am Augarten
Viena cuenta con algunos de los hoteles más elegantes y refinados de toda Europa. Para vivir una experiencia más auténtica, alójate en un hotel chic como el luminoso Babula am Augarten, en Heinestrasse. Sus habitaciones tienen estilo y hay una decoración de lo más funky por todas partes.
La sostenibilidad es una de las máximas de esta establecimiento, desde el mobiliario hasta la comida. Descansa en una de las camas de fibra de coco y algas o trabaja un rato en sus escritorios de madera natural. El generoso desayuno incluye productos orgánicos y de origen local.
El estilo moderno en las habitaciones del Hotel Babula am Augarten te está esperando. Credit: Booking.com Los espacios amplios y acogedores caracterizan al Hotel Babula am Augarten. Credit: Booking.com
Hotel Schani
Situado cerca de la estación de tren, el Hotel Schani queda a muy poca distancia de la mayoría de monumentos de Viena. Este es otro alojamiento construido en torno a la sostenibilidad. El Schani presume del encanto tradicional vienés, pero con un cierto toque tecnológico. Las habitaciones
pueden abrirse a través de una aplicación y puedes ponerte al día con tus obligaciones en el espacio de coworking del hotel. En el desayuno sirven delicias orgánicas regionales como el muesli, la mermelada de albaricoque y el té de Sonnentor.
El Hotel Schani cuenta con habitaciones actuales y limpias. Credit: Booking.com Este alojamiento se basa en la sostenibilidad. Credit:Booking.com