Una de las pocas cosas buenas del 2020 fue nuestra conexión con los grandes espacios abiertos. A medida que la vida normal dejaba de serlo, muchos escaparon de las ciudades llenas de gente para ir a estar tranquilos y a salvo en el campo.
Con lo peor del invierno casi detrás de nosotros, estamos preparados para volver ahí afuera. Si, como nosotros, estás planeando explorar el lado más tranquilo de Europa este año, inspírate por la naturaleza. Hemos recorrido el continente para encontrar algunos de sus más queridos parques nacionales que no siempre aparecen en la primera página de Google. Paseos costeros, llanuras planas o extrañas y maravillosas formaciones rocosas, aquí están algunos de nuestros favoritos.
Parque natural Hohes Venn-Eifel, Bélgica
Situado en la frontera de Bélgica con Alemania, un viaje a este parque es como retroceder en el tiempo. El paisaje de la reserva más antigua y más grande de Bélgica apenas ha cambiado desde la Edad de Hielo. Con una extensión de más de 4.500 hectáreas, allí encontrarás espeluznantes páramos, densos bosques llenos de abetos y refrescantes arroyos. Sube a la Señal de Botrange, el punto más alto de Bélgica, a más de 700 metros del nivel del mar. Gracias a los senderos de madera que lo atraviesan, gran parte del parque es accesible a personas con movilidad limitada.
Dónde quedarse: Domaine Des Hautes Fagnes
Este hotel está situado a menos de un kilómetro y medio de la Señal de Botrange. Todas las habitaciones están decoradas con un estilo moderno pero elegante, y hay un spa y un restaurante, lo que lo convierte en el lugar perfecto para relajarse después de un largo paseo.
Parque nacional del Hortobágy, Hungría
Situado en el este de Hungría, el Parque nacional del Hortobágy es la mayor pradera de Europa central. La zona tiene una rica historia cultural y juega un papel importante en el folclore húngaro. Es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1999 y su objetivo es preservar la antigua cultura de los csikós (vaqueros húngaros) que han trabajado la tierra desde el siglo XIII. Encontrarás animales domésticos como las vacas grises húngaras nativas y los caballos salvajes de Przewalski. Las vastas llanuras planas, conocidas como la Puszta en húngaro, y los humedales también son el hogar de más de 300 especies diferentes de aves.
En tu visita al Parque Nacional Hortobágy podrás ver muchos caballos salvajes.
Foto: EyeEmLas torres de observación de aves se pueden encontrar por todo el parque.
Foto: EyeEm
Dónde quedarse: Sóvirág Vendégház
Esta tradicional casa de huéspedes húngara está situada en el asentamiento de Hortobágy, que está a unos 10 kilómetros del parque. Todas las habitaciones tienen las comodidades básicas y vienen con una terraza o balcón. En los alrededores encontrarás actividades como la equitación.
Parque Nacional da Peneda-Gerês, Portugal
El único parque nacional de Portugal no decepciona. Situado en el norte del país, a unos 100 kilómetros de Oporto, el parque protege las antiguas construcciones de granito del siglo XII. Cubriendo una enorme extensión de casi 73.000 hectáreas, está situado entre las mesetas de Castro Laboreiro y Mourela. El paisaje es estupendo para hacer grandes caminatas, con paisajes épicos de imponentes cadenas montañosas, incluyendo el Gerês y Peneda, bosques de robles antiguos y cascadas pintorescas que son perfectas para un baño relajante después de un día
de explorar.
Las vistas de las montañas en el Parque Nacional de Peneda-Gerês son impresionantes.
Foto: EyeEmEl Parque Nacional da Peneda-Gerês es ideal para largas caminatas.
Foto: EyeEm
Dónde quedarse: Selina Gerês
Situado en el río Cávado, este acogedor albergue está a sólo 12 kilómetros de la cascada de Arado. Con opciones para dormir que incluyen tiendas de campaña, dormitorios y habitaciones privadas de alto nivel, es para todos los gustos.
Parque nacional Göreme, Turquía
Situado entre dos volcanes extintos en el corazón de Turquía, el Parque Nacional de Göreme tiene un paisaje como ningún otro. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el parque rodea la Capadocia, un asentamiento bizantino en forma de panal de abejas que se integra en el paisaje único. Con formaciones rocosas de otro mundo como las “chimeneas de hadas” y torres de roca, estos antiguos monolitos te harán sentir como si estuvieras en otro planeta. Maravíllate con la vista desde un globo aerostático o descúbrela a pie (o en bicicleta) a través de los laberintos naturales.
Maravíllate con las impresionantes “chimeneas de hadas” del Parque Nacional de Goreme.
Foto: EyeEmLos globos aerostáticos son una forma popular de descubrir el parque desde arriba.
Foto: Alex Azabache/Unsplash
Dónde quedarse: Safran Cave Hotel
En esta casa cueva restaurada, cada habitación está decorada con un lujoso estilo turco. Situada cerca del parque y de la Capadocia, su gran terraza es ideal para pasar una cálida velada.
Parque Nacional de la costa de Pembrokeshire, Gales
Foto: EyeEm
Para los amantes del mar, el Parque Nacional de la Costa de Pembrokeshire en Gales es una visita obligada. Se extiende a lo largo de 300 kilómetros de la costa galesa, y su paisaje cambia drásticamente de un extremo al otro. Lleno de maravillas naturales, allí encontrarás de todo, desde restos de antigua actividad volcánica hasta cuevas ocultas, playas de arena y acantilados de piedra caliza. El Pembrokeshire Coast National Park Trust se enorgullece de su dedicación a la sostenibilidad, con 11 playas con Bandera Azul por su limpieza y compromiso con la protección del medio ambiente.
Dónde quedarse: Roch Castle
Este castillo, construido en el siglo XII, cuenta con cómodas y modernas habitaciones con todas las comodidades. Situado cerca de la ciudad de Tenby, el castillo está a poca distancia del parque.
¿Verás alguno de los pájaros nativos en tu visita al Parque Nacional de la Costa de Pembrokeshire?
Foto: ShutterstockUna visita a uno de estos parques nacionales te dejará como nuevo.
Foto: EyeEm