Granada sits on the edge of the Sierra Nevada mountains, making it a perfect base to enjoy all of Andalusia. Credit: Shutterstock

Las mejores cosas que ver en Granada

Nuestra guía de Granada va más allá de la Alhambra

by The Window Seat

Muchos viajeros encaminan sus pasos hacia la ciudad andaluza de Granada, únicamente para ver el hito que supone la Alhambra. Este enorme palacio-fortaleza, con sus característicos patios con arcos y sus fuentes, dominando toda la ciudad con la Sierra Nevada como telón de fondo, representa el culmen de la arquitectura nazarí en España. Después de visitar esta construcción, la mayoría continúa su camino hacia Córdoba o Sevilla. Sin embargo, Granada recompensa con creces a los que se quedan más tiempo, tanto para una pequeña escapada como para una inmersión histórica en profundidad. Abundan los lugares donde se puede apreciar la huella que dejaron los musulmanes, incluso cinco siglos después de la Reconquista llevada a cabo por los Reyes Católicos, Isabel y Fernando. Las calles del barrio del Albaicín aún conservan una atmósfera llena de magia. 

Granada

Dónde comer

Las mejores cosas que ver en Granada
El jamón ibérico es un indispensable de su gastronomía.
Foto: Unsplash

Los platos y los ingredientes de la cocina andaluza son muy variados: el gazpacho, el jerez o las famosas tapas. La mayor parte del aceite de oliva del país se produce en esta región (verás filas interminables de olivos en cualquier zona rural), mientras que algunos de los mejores jamones ibéricos proceden de la Alpujarra, al sureste de Granada. 

El origen exacto de uno de los alimentos más conocidos de España, los churros, no está del todo claro. Pero no hay duda de que alcanzaron un nuevo nivel cuando se unieron al chocolate caliente, un matrimonio que nació gracias a los barcos que volvían desde América. El Café Fútbol es toda una institución granadina cuando se habla de churros con chocolate. Su terraza se extiende por la Plaza de Mariana Pineda cuando el tiempo acompaña, y también puedes pedir granizados o helados. Después de un buen desayuno, hay varios sitios cercanos de obligada visita. Justo al lado de la plaza se halla el Palacio de Bibataubín, un edificio del siglo XVIII llamado así por la antigua puerta morisca de Bibataubín, que se encontraba en este lugar. A pocos minutos y en dirección contraria, se levanta el Cuarto Real de Santo Domingo, una verdadera joya de la época almohade. Es uno de los pocos testimonios de arquitectura residencial que sobreviven de la Granada del siglo XIII, además de ser un claro precursor de la Alhambra y otros palacios. Una gran ventaja: la entrada a este monumento es gratuita. 

Ya que hablamos de la Alhambra, contemplarla durante un almuerzo tranquilo es posible en el Carmen Mirador de Aixa. El Barrio del Albaicín, que se extiende a lo largo de la colina coronada por la Alhambra, es un entramado de callejuelas que siguen el plan original de los antiguos asentamientos musulmanes. La zona alberga varios restaurantes cuyo principal reclamo es la panorámica del magnífico palacio, desde sus terrazas y sus amplias cristaleras. A pesar de que no todos destacan igualmente por su comida, el Carmen Mirador de Aixa es una de las mejores opciones. Prueba el gazpacho (el cual solo ofrecen cuando los tomates están en su punto óptimo de madurez) y alguno de los platos típicos de bacalao. Este restaurante permanece cerrado desde noviembre hasta Semana Santa. Si viajas a Granada en invierno, puedes ir al Carmen de Aben Humeya, situado en dos casas moriscas rodeadas de frondosos jardines, con bellas vistas
a la Alhambra. 

Qué hacer

Si vas a visitar Granada, casi seguro que visitarás la Alhambra, una fortaleza y una serie de palacios que forman el lugar más emblemático de la ciudad. Construida entre los siglos XIII y XV por los emires nazaríes que gobernaban Granada, es posiblemente la obra de arquitectura islámica más famosa de Europa y uno de los palacios históricos islámicos mejor conservados del mundo. Incluso los nombres de los distintos lugares del complejo evocan las fantasías de Las mil y una noches: el Palacio de los Leones, el Patio de los Arrayanes, la Sala de Dos Hermanas, la Puerta de la Justicia y otros. 

Puede resultar difícil de creer hoy en día, mientras te unes a los miles de visitantes que acuden para admirar sus fuentes y sus techos en forma de panal, que a principios del siglo XIX la Alhambra estaba casi abandonada. Durante la invasión napoleónica de España fue ocupada por las tropas francesas y sufrió graves daños. El renovado reconocimiento de la Alhambra, así como el halo romántico que ahora envuelve al complejo, se debe en gran parte al escritor estadounidense Washington Irving, que vivió en un apartamento allí de 1830 a 1832, cuando se publicó por primera vez su libro Cuentos de la Alhambra. La Alhambra se convertiría en un elemento destacado de muchos cuadros que evocan una visión romántica de la España morisca, así como de obras de ficción durante el resto del siglo XIX. 

Como gran parte de la historia de la Alhambra, incluso el fin de su uso como palacio de los emires de Granada viene acompañado de un relato curioso. Cuando el último emir, Boabdil, se rindió a los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, en 1492, se dice que lloró al contemplar la Alhambra cuando se marchó de Granada. Su madre le regañó por “llorar como una mujer lo que no podía defender como un hombre”.

Los palacios islámicos son más conocidos que el Palacio de Carlos V, pero también es una notable obra de arquitectura que refleja los ideales del Renacimiento. La construcción del enorme palacio cuadrado con su patio circular comenzó en 1527 y su sólida geometría contrasta con los palacios nazaríes, más ligeros y delicados. Carlos V, cuyo imperio incluía la mayor parte de América, nunca vivió en el palacio. De hecho, ningún monarca durmió nunca en él y la cubierta del palacio no se terminó hasta 1967. 

Es necesario reservar para visitar el complejo y a menudo se agotan las entradas con meses de antelación. Antes de hacer tus reservas de vuelo u hotel, lo primero que debes hacer es asegurarte de que hay entradas para la Alhambra disponibles en las fechas que deseas visitarla. Las entradas a los palacios nazaríes, la pieza central del complejo, están cronometradas, pero conviene llegar pronto o quedarse después de la visita para explorar la fortaleza de la Alcazaba, el retiro de verano del Generalife, el Palacio de Carlos V y los extensos jardines.

Aunque la popularidad de la Alhambra es comprensible, las multitudes también pueden empañar un poco la experiencia. Es más fácil admirar la arquitectura y el arte del diseño nazarí en otros lugares moriscos de Granada. El Palacio de Dar Al-Horra (el Palacio de la Mujer Honesta), en el Albaicín, se construyó para la madre de Boabdil, el desafortunado último emir de Granada. La Madraza se estableció originalmente como seminario, o madrassa, en el siglo XIV. Hoy es un centro cultural que forma parte de la Universidad de Granada y que incorpora partes de la madrassa original, así como adiciones posteriores del barroco y de los siglos XIX y XX. El centro alberga exposiciones temporales que ofrecen una visión de la escena cultural y artística de Granada en la actualidad. El Bañuelo es uno de los baños árabes mejor conservados de España. Aunque los lujosos azulejos que cubrían las paredes hace tiempo que desaparecieron, con un poco de imaginación es posible visualizar cómo eran en el siglo XII. Los baños árabes, en cambio, no son históricos y, aunque son una representación romántica de la vida en la Granada medieval, el hammam y el complejo termal recrean la atmósfera de una casa de baños árabe: un baño de vapor seguido de un masaje es una forma ideal de terminar un día de visita a los lugares históricos de Granada.

Además de estos edificios individuales, gran parte de la magia de la Granada árabe puede experimentarse simplemente paseando por las calles del barrio del Albaicín, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO al igual que su vecina, la Alhambra. Incluso después de la caída del emirato, esta zona siguió siendo un centro de vida islámica y de cultura morisca -término utilizado para referirse a los residentes musulmanes de Andalucía que fueron obligados a convertirse al cristianismo-. Aunque se les exigió que adoptaran una nueva fe, muchos edificios posteriores a la conquista en esta zona siguieron reflejando los diseños islámicos tradicionales. En 1568, una fallida rebelión morisca provocó su expulsión de la zona. 

El pasado morisco de Granada cautiva a muchos visitantes de la ciudad, pero su historia no se detuvo tras la marcha de Boabdil. A principios del siglo XVI, los nuevos gobernantes de la ciudad iniciaron la construcción de una catedral, sobre la antigua mezquita principal. A diferencia de muchas de las catedrales españolas, que se construyeron en estilo gótico, dada la construcción relativamente tardía de la de Granada, es un raro ejemplo de diseño renacentista español. Al lado de la catedral, la Capilla Real es el lugar de descanso de Fernando e Isabel, los llamados Reyes Católicos que completaron la unificación de España cuando conquistaron Granada y también patrocinaron el viaje de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo. 

La Casa de los Tiros es otro edificio del siglo XVI a destacar. La casa de la familia noble Grana Venegas debe su nombre (“la casa de los tiros”) a los cañones que se encontraban entre sus almenas. Destaca su elaborado Cuarto Dorado, así como su colección de documentos que arrojan luz sobre la historia de Granada. 

Avanzando hasta el siglo XX, muchos lectores y aficionados al teatro asocian la ciudad de Granada con su hijo más famoso, el escritor Federico García Lorca. El autor de las obras de teatro “Bodas de Sangre” y “La Casa de Bernarda Alba”, así como de numerosos volúmenes de poesía (“Poeta en Nueva York” es el más conocido de ellos a nivel internacional al haber sido traducido al inglés y a muchos otros idiomas) nació en Granada. Allí también fue detenido y asesinado en 1936 por las tropas nacionalistas leales al dictador que gobernaría España durante casi medio siglo, Francisco Franco. Los detalles de las últimas horas de García Lorca siguen siendo un misterio y sus restos nunca han sido encontrados, aunque algunos creen que un olivo en el Parque Federico García Lorca marca el lugar donde podría haber sido enterrado. Tres casas en las que vivió el poeta -las casas de su infancia en los pueblos cercanos de Vaqueros y Valderrubio y la casa de verano de la familia, Huerta de San Vicente, situada dentro de Granada en el parque dedicado al poeta- son ahora museos.

Una de las últimas incorporaciones a los lugares de visita obligada de Granada es el enorme Parque de las Ciencias, de 70.000 metros cuadrados, situado un poco más al sur del centro de la ciudad. Esta instalación, inaugurada en 1995, alberga exposiciones temporales y cuenta con un planetario, instalaciones educativas, un cine, una cafetería y mucho más. Diferentes partes del parque ofrecen oportunidades para que los visitantes exploren sus intereses en astronomía, biología, botánica y otros campos de la ciencia. 

En 2009, al Parque de las Ciencias se unió otro de los nuevos puntos culturales de la ciudad, el Museo de la Memoria de Andalucía, diseñado por el notable arquitecto español Alberto Campo Baeza. El edificio es de un blanco resplandeciente que evoca los pueblos encalados de Andalucía, aunque el diseño cuenta con una dosis de energía modernista, con sus rampas arremolinadas y su estilo dramático. Las cuatro secciones del museo abarcan la historia natural de Andalucía, su historia política, la vida cotidiana y su rico patrimonio cultural. Dentro también encontrarás el Restaurante Arriaga donde el chef vasco Álvaro Arriaga prepara platos con ingredientes locales. Podrás disfrutar de la comida mirando a las cumbres de Sierra Nevada.

Dónde dormir

Parador de Granada

Si el dinero no supone un problema o se trata de un viaje especial, como tu luna de miel, merece la pena quedarse en el Parador de Granada. Este antiguo convento convertido en hotel se sitúa dentro de los terrenos de la Alhambra. Podrás pasar las noches en los jardines o ser el primero en llegar por la mañana al preciado monumento, antes de que aparezcan las multitudes. 

Palacio de Santa Inés

Si quieres dormir en un palacio histórico, pero algo más económico, opta por el Palacio de Santa Inés. Los dos edificios originales que albergan este hotel datan del siglo XVI, poco después de que la ciudad fuera conquistada por los Reyes Católicos en 1492. Fíjate bien en detalles como los azulejos, los frescos renacentistas o el tejado mudéjar, que se han conservado cuidadosamente. En las habitaciones hallarás todas las comodidades propias de un alojamiento moderno. Otra ventaja es su estupenda ubicación en el barrio del Albaicín, muy conveniente para descubrir algunos de los lugares más destacados de Granada: la Catedral, por ejemplo, se encuentra a menos de diez minutos a pie, mientras que a la entrada de la Alhambra se llega en unos 20 minutos caminando. 

Granada

Casa Morisca

Cerca del Palacio de Santa Inés, igualmente en el Albaicín, la Casa Morisca ocupa un edificio aún más antiguo, de finales del siglo XV. Su nombre proviene del término usado para los musulmanes que se quedaron en España tras la Reconquista. Esta construcción se ha transformado en un hotel de 14 habitaciones, después de una rehabilitación profunda a cargo del arquitecto Carlos Sánchez. Aquí gozarás de una atmósfera evocadora, gracias a elementos como la fuente morisca del patio central o los asombrosos artesonados.