Alicante es la puerta de entrada a la Costa Blanca, una zona levantina sinónimo de arena, sol y mar. Situada a orillas del mar Mediterráneo, esta ciudad portuaria presenta un embriagador equilibrio entre ambiente animado y hermosos paisajes. En ella, podrás deleitarte en las playas de arena blanca hasta donde alcanza la vista, siempre con la omnipresente Sierra Mariola como telón de fondo. Esta exquisita combinación convierte Alicante en un destino popular tanto entre turistas españoles como extranjeros.
Alicante te sorprenderá desde el momento en el que pongas un pie en el suelo de mosaicos ondulados del Paseo de la Explanada, con sus imponentes palmeras, hasta cuando te adentres en el coqueto barrio de Santa Cruz, con sus casas blancas y techos de terracota. No cabe duda, la capital alicantina es perfecta para una escapada soleada.
Cómo llegar a Alicante
Viajar de Europa a Alicante es una forma estupenda de explorar la costa mediterránea de España. Hay muchas opciones para viajar a Alicante, incluyendo tren, autobús y avión. Aquí están las 5 principales rutas de tren de salida de Europa a Alicante:
- Tren de París a Alicante (aprox. 15 horas): TGV, AVE
- Tren de Barcelona a Alicante (aprox. 2 horas): AVE
- Tren de Madrid a Alicante (aprox. 3 horas): AVE
- Tren de Zúrich a Alicante (aprox. 17 horas): TGV Lyria
- Tren de Milán a Alicante (aprox. 16 horas): Trenitalia, Renfe
¿Dónde comer en Alicante?
Puedes comenzar el día al estilo mediterráneo. Para ello, siéntate en un bar a eso de las 11.00 horas para tomar un café acompañado de una tostada con aceite de oliva y tomate triturado. Hay muchas cafeterías que ofrecen este desayuno tan típico, aunque Bardin Bakery, ubicado justo al lado de la Explanada, es un rincón especial. Su mobiliario en tonalidades pastel y enormes ventanales hacen que sea el lugar idóneo para arrancar el día con energía.
Para un almuerzo tranquilo, dirígete al puerto, donde se encuentra Dársena. Desde 1961, este restaurante ha destacado por su temática náutica, la cual no podría estar mejor escogida, dada su ubicación. La madera pulida y ventanas redondas proporcionan un rincón estupendo para comer con vistas al puerto deportivo. La carta se compone de mariscos frescos, muchos de ellos recién pescados. Algunas de las propuestas más suculentas son los mejillones al vapor o las croquetas de bacalao. Pero no puedes perderte uno de sus platos estrella: el arroz, imprescindible en la gastronomía alicantina. Puedes elegir entre más de 25 variedades, aunque el carnaroli con calamar y plancton marino es una de sus especialidades.
Los bares de tapas tampoco faltan en Alicante. La Taberna del Gourmet es todo lo que cualquiera pediría. Con sillas de cuero, productos locales exhibidos tras las paredes de vidrio y cierto toque industrial, este restaurante supone una oda a la comida y cultura española. No dejes de probar la paella de arroz negro.
Si te apetece cerrar el día con algo dulce, haz un alto en el camino en Horchatería Azul, muy próximo al famoso Panteón de Quijano. Es un sitio sin rival para un helado nocturno o una horchata
recién hecha.

Foto: Shutterstock

Foto: Dársena

Foto: Bardin Bakery

Foto: La Taberna Del Gourmet
¿Qué hacer en Alicante?
Desde enclaves históricos hasta museos de arte moderno, playas maravillosas y un buen puñado de bares, hay mucho que hacer para entretenerse en este destino mediterráneo.
El Castillo de Santa Bárbara, construido en el siglo IX y localizado sobre un promontorio a 167 m sobre el nivel del mar, es una de las fortalezas medievales más grandes de España. Para acceder, puedes tomar el ascensor situado junto a la playa de El Postiguet que está enclavado en la roca. Si los espacios pequeños no son lo tuyo, también puedes llegar a pie o en coche. Desde la cima, podrás observar cómo el espléndido mar color aguamarina se funde con un cielo azul infinito.

Foto: Attila Suranyi/Unsplash
El Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA) exhibe una interesante colección de artistas alicantinos y españoles. Reabierto en 2011 tras diversas remodelaciones, alberga tres exposiciones permanentes que incluyen obras de Joan Miró, Salvador Dalí y Juana Francés.
Tras estas dos visitas culturales, toca ir a la playa a tomar el sol. La playa de San Juan, que se extiende unos 3 km a lo largo de la costa, es una de las más populares debido a su arena blanca y aguas tranquilas y poco profundas. Si buscas una experiencia playera sin multitudes, desvíate hacia La Almadraba.
Algo imperdible de Alicante es su vida nocturna. Cuando cae el sol, la ciudad se vuelve vibrante y bulliciosa, sea cual sea la estación del año. Los sábados, la fiesta no empieza antes de las 3.00 h, así que duerme una buena siesta. En El Barrio encontrarás muchos bares que van desde locales algo lúgubres hasta elegantes coctelerías. ¿Nuestro favorito? El siempre chic Nic Combinados y Cócteles, donde cada bebida es casi una obra de arte.

Foto: Shutterstock

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¿Dónde dormir en Alicante?
Hotel Les Monges Palace
El Hotel Les Monges Palace se sitúa en pleno casco antiguo, a pocos minutos caminando de las principales atracciones turísticas de Alicante y de la playa. El hotel posee cierto aire decadente, con puertas oscuras y pesadas de madera que protegen una entrada decorada con una opulenta lámpara de cristal. Al entrar, te percatarás de cómo las baldosas del suelo cambian de estilo en cada piso. Pero también cada habitación es única, con azulejos de diferentes colores y paredes adornadas con papel pintado. Todos los dormitorios disponen de baño privado y camas sencillas, pero cómodas. El hotel, asimismo, acoge una pequeña terraza para descansar después de un largo día de turismo.

Foto: Hotel Les Monges Palace

Foto: Hotel Les Monges Palace
Smile & Co.
Localizado a solo 5 minutos del Paseo de la Explanada, Smile & Co. ofrece a los huéspedes una excelente mezcla de moderno y tradicional. Cristian, Audrey y su gato Loulou dirigen este hotel cuyo objetivo es que los huéspedes se sientan como en casa. El ambiente acogedor está asegurado, gracias a detalles como una pequeña biblioteca o jarrones de vidrio con flores vistosas estratégicamente situados. Las habitaciones están pintadas en tonos grises, que encajan magistralmente con el mobiliario blanco y los adornos vegetales. El resultado son estancias luminosas y amplias que puedes compartir ¡incluso con tu mascota!

