La luz se refleja en el Puente Nuevo de Ronda, haciendo que parezca parte de los acantilados que lo rodean. Foto: Shutterstock

Y tiro porque me lleva la corriente—los puentes más especiales de Europa

Cruza estas maravillas arquitectónicas presentes y pasadas

by Shandana A. Durrani

Los humanos siempre hemos tenido la necesidad de explorar más allá de nuestro entorno, aventurarnos en lo desconocido. Los puentes supusieron un acceso a otras tierras. De repente, la gente podía cruzar grandes masas de agua, reduciendo las distancias y los peligros del viaje. Los primeros puentes fueron accidentes de la naturaleza, pero se mencionan por primera vez en la epopeya india del Ramayana. En Europa, los romanos, con sus avanzados conocimientos de ingeniería, construyeron puentes por todo su imperio, algunos de los cuales siguen en pie.   

Los puentes son algo más que una forma de cruzar de un lugar a otro, simbolizan unidad, amistad y aventura. Queremos rendir homenaje a estos robustos monumentos que nos facilitan la vida desde hace siglos, seleccionando los mejores puentes para visitar en Europa. Descubre qué los hace únicos, dónde encontrarlos y cómo aprovechar tu viaje. 

Puente de la Capilla-Lucerna, Suiza

Construido hace casi 700 años como fortificación, el Puente de la Capilla de Lucerna es el puente de madera más antiguo de Europa y, a pesar de haber sufrido un gran incendio en 1993, se reabrió apenas un año después. Cubre el río Reuss, conectando la ciudad nueva de Lucerna con el casco antiguo medieval o Rathaus Quai.

Lucerna

Si caminas por el interior del puente, podrás contemplar los murales del siglo XVII de Renward Cysat, el cronista de la ciudad. Un siglo después, en 1726, los lugareños tuvieron que designar a un vigilante para proteger las pinturas de los jóvenes vándalos. ¡Para que luego digan de la Generación Z! El puente cuenta con su propia torre de agua, construida 30 años antes para albergar un archivo y una prisión. Si miras a la azotea de esta estructura octogonal, puede que veas a los vencejos alpinos que la habitan desde hace décadas.

Puente de los Mercaderes-Erfurt, Alemania

El Krämerbrücke, como se llama en alemán, es el puente habitado más largo de Europa, y es un espectáculo para la vista. Inicialmente de madera, fue reforzado con piedra en 1325, cuando Erfurt era una popular ciudad comercial en la Edad Media. Conecta el casco antiguo, con su Ayuntamiento neogótico, sus edificios renacentistas y sus espacios verdes, con la imponente Ägidienkirche, de 33 metros de alto, en el este.

Erfurt

Si cruzas el puente, lo encontrarás repleto de galerías, cafés y boutiques en las que podrás comprar artesanía original y local, como los tejidos azules de Turingia o cristalería soplada a mano. El puente forma parte de la Via Regia, una antigua ruta militar y comercial.

Puente Nuevo—Ronda

El Puente Nuevo de Ronda es una magnífica reconstrucción de un puente anterior que se derrumbó en 1741 y mató a 50 personas. Por suerte, los ingenieros del siglo XVIII, dirigidos por el arquitecto José Martín de Aldehuela, aprendieron de los errores de sus predecesores y diseñaron un puente con un arco más pequeño que no se podía derrumbar con tanta facilidad. Cuenta la leyenda que de Aldehuela saltó del puente cuando se dio cuenta de que nunca más podría construir algo tan bello.

Ronda

Es tan llamativo por la forma en que parece fundirse con las paredes del acantilado sobre el estrecho desfiladero del Tajo. El puente tiene 70 metros de longitud y 98 de altura sobre el río Guadalevín (Wadi-al-Labaiem o “río de la leche” en árabe), y conecta el casco antiguo con el centro más moderno de Ronda. Ha inspirado a escritores y cantantes, como Ernest Hemingway, que incluyó el puente en “Por quién doblan las campanas”, y es una de las partes más instagrameables de la legendaria ciudad blanca.

Puente UFO-Bratislava, Eslovaquia

El puente de los mil nombres, Novy Most (Puente Nuevo), SNP Most (Puente del Levantamiento Nacional Eslovaco) y Puente UFO es el séptimo puente colgante más grande del mundo. A pesar de su aspecto futurista, se construyó en 1972 para añadir un segundo cruce del Danubio, y conecta el casco antiguo con Petrzalka, el mayor distrito residencial de la ciudad. El puente cuenta con una torre de 95 metros de altura con una icónica cúpula en forma de ovni (parece sacado de una película de ciencia ficción de los años 50) que rivaliza con el Castillo de Bratislava
en cuanto a visitantes.

Bratislava

Dirígete al ascensor situado en una de las “patas” de la torre y sube hasta la plataforma de observación en solo 45 segundos. La recompensa son unas vistas insuperables de los Alpes austriacos, así como un bar y restaurante. ¡Es lo más parecido a tomar una copa en el
espacio exterior!

Viaducto de Millau-Aveyron, Francia

El viaducto de Millau es una moderna maravilla de la ingeniería, ya que es el puente más alto del mundo. Con una altura de más de 335 metros y una longitud de 2,5 kilómetros, parece milagroso que solo toque el suelo en nueve puntos. El ingeniero Michel Virlogeux y el afamado arquitecto británico Norman Foster querían construir algo que se fundiera perfectamente con la naturaleza, y el resultado es una calzada muy fina que parece un enorme yate. El puente se encuentra en la autopista A75, también conocida como La Méridienne, una ruta que conecta París con la costa mediterránea de Francia.

Aveyron

Atravesando el valle del Tarn, el puente está rodeado de encantadores pueblos y ciudades que merece la pena visitar, como Peyre, que es uno de los pueblos más bonitos de Francia, y Millau, meca de los deportes al aire libre. Pero el mejor lugar para admirar el viaducto es la Ferme Caussenarde, en el área de servicio más cercana. Esta antigua granja cuenta con un centro de información turística y un museo. No te pierdas los capucines del chef Michel Bras, con estrella Michelín, en el Espace Gourmand Capucin, que tiene vistas al viaducto.