Praga es la capital de la República Checa y de la región de Bohemia, ubicada próxima al río Moldava. El aeropuerto internacional de Praga Václav Havel (PRG) sirve a la localidad, debido a que está situado a 10 kilómetros de distancia. Las principales conexiones aéreas que conducen a la ciudad parten desde Budapest, Ámsterdam, Bruselas, Londres, Madrid, Barcelona y Valencia.
El aeropuerto internacional de Praga Václav Havel es el principal de la localidad, pues se encuentra ubicado a 10 kilómetros de distancia del centro. El recinto alberga conexión wifi gratis, cafeterías, tiendas libres de impuestos, cajeros automáticos y parada de taxis. El servicio del autobús Airport Express ó Expreso Aeropuerto, línea AE, realiza el trayecto RW Station Holešovice hasta el centro pasando por las terminales T1 y T2 con un intervalo de 30 minutos todos los días de la semana.
Las compañías aéreas que ofrecen vuelos a Praga son: Ryanair, easyJet, Eurowings, Vueling, CSA, LOT, TAP Portugal e Iberia. No obstante, la aerolínea Iberia es la que mayor cantidad de vuelos gestiona desde las ciudades españolas hasta Praga. Los vuelos directos desde Madrid hasta Praga tienen una duración estimada de 3 horas y 15 minutos. En cambio, los que efectúan al menos 1 escala demoran 6 horas y 10 minutos de viaje.
Volar en avión a Praga es absolutamente conveniente porque se ahorra tiempo y dinero. Diversas son las aerolíneas que programan vuelos a Praga a un coste reducido en temporada baja, además de ofrecer descuentos a familias numerosas, grupos de viaje, jubilados y menores de 4 años. El tiempo en llegar a la localidad mencionada desde cualquier ciudad española es reducido, pues la ruta aérea Barcelona - Praga, por ejemplo, es completada en 2 horas y 15 minutos.
Visitar el Castillo de Praga es sin lugar a dudas uno de los paseos que se deben realizar al llegar a la ciudad, debido que es considerado uno de los conjuntos arquitectónicos más admirables de la capital de República Checa. Mientras que el Museo Alfons Mucha rinde culto al art nouveau. El metro, el tranvía y los autobuses urbanos son la mejor manera de moverse por la ciudad. Asimismo, es posible viajar en el funicular de Petřín, el cual ha sido utilizado desde el año 1891 para comunicar Malá Strana con la cima del monte de mismo nombre.
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