Viajar a Sevilla en tren | Viajar en autobús a Sevilla | Viajar a Sevilla en avión
Cómo llegar a Sevilla en avión
El Aeropuerto de San Pablo es un aeropuerto que se encuentran en las inmediaciones de Sevilla y hasta el que llegan bastantes vuelos de forma regular. Hasta él llega de forma habitual una línea de autobús urbano que permite llegar rápidamente a la ciudad.
Cómo llegar a Sevilla en tren
Los trenes a Sevilla llegan a la Estación de Tren de Santa Justa, la principal de la ciudad y una de las primeras en contar con trenes de alta velocidad. Situada en Avenida de Kansas City, la estación cuenta con servicios de transporte urbano para que los pasajeros puedan desplazarse cómodamente.
Cómo llegar a Sevilla en autobús
Las principales estaciones donde llegan los buses a Sevilla son la del Prado de San Sebastián y la de Plaza de Armas. Estos edificios cuentan con numerosos servicios que enlazan con ciudades bastante importantes del ámbito nacional e internacional.
Sevilla es muy turística todo el año, además al situarse al sur de España las temperaturas son cálidas prácticamente durante todo el año. La primavera y el otoño son las mejores estaciones para visitar Sevilla, ya que en verano se pueden alcanzar temperaturas muy altas.
Normalmente suele haber vuelos baratos a Sevilla desde las principales capitales europeas, pero es mejor viajar en temporada baja si se quieren encontrar las mejores ofertas. En cuanto a los trenes y autobuses, se puede coger cualquiera de las dos opciones desde las ciudades españolas más importantes.
“Ya huele a Feria” es una de las frases que más se repite entre los sevillanos con el comienzo de la primavera. Como cada año, una o dos semanas después de la Semana Santa, la Feria de Abril comienza con la cena del “pescaito” y el posterior iluminado del recinto ferial a medianoche con el “Alumbrao” para finalizar el sábado siguiente a medianoche con los fuegos artificiales. La Feria de Abril no es sólo la fiesta más popular de Sevilla sino también una de las fiestas más importantes españolas a nivel internacional. Por ello, en Omio no hemos querido perder la oportunidad y hemos elaborado una guía para novatos con consejos básicos para disfrutar de esta fiesta al máximo.
El sábado 14 de abril tiene lugar la cena del “pescaito” y a medianoche el “Alumbrao”, donde las 24.000 bombillas de la portada junto con las más de 200.000 bombillas iluminarán el recinto ferial. Durante la semana que dura la Feria de Sevilla, la ciudad se viste de gala y sólo vive para ella, bailando, cantando y disfrutando de la gastronomía. En el barrio de Los Remedios es donde se instala el enorme recinto ferial donde se disponen a lo largo de las 15 calles 1.040 casetas, siendo sólo 16 de ellas de acceso público.
La bebida por excelencia en la Feria es el “rebujito”, una mezcla de manzanilla con sprite y de la gastronomía los platos que más destacan son el jamón, las gambas o la tortilla de patatas. Cuando la noche acaba lo mejor es ir a comer churros con chocolate caliente o pasar por el “Patio de las buñuelas” a comer unos buñuelos también con un chocolate caliente.
Otra de las características de la Feria de Abril es que las mujeres en general visten el traje de flamenca, un colorido traje con volantes, mantón, zapatos de tacón o “espartos”, pelo generalmente recogido en un moño bajo y por supuesto con los complementos a juego. Los hombres, en el caso de los jinetes van vestidos con la indumentaria campera tradicional, y en el caso de los que no monten a caballo van en chaqueta con o sin corbata.
Junto al Real de la Feria se encuentra la “Calle del Infierno”, el parque de atracciones que se ha convertido en el paso obligado para niños y adolescentes. La “Calle del Infierno” recibe ese nombre debido al ruido que se genera en esa zona al punto de convertirse “infernal”. Además de las atracciones, los “cacharritos” para los sevillanos, también hay tómbolas, un circo, puestos de comida rápida y rifas.
Cómo moverse por Sevilla: La calidad del transporte público en Sevilla es algo que sorprenderá gratamente a cualquier viajero, ya que con ello se tiene la seguridad de poder realizar desplazamientos bastante cómodos a cualquier punto de la capital andaluza. La zona monumental puede recorrerse a pie o en bicicleta pese a su gran tamaño, ya que son las mejores formas de no perderse nada del encanto del lugar.
Transporte público en Sevilla: Sevilla ofrece servicio de metro y tranvía además de una serie de líneas de autobús que permiten llegar a cualquier lugar y que son muy aconsejables para conocer rincones de las afueras.
Con casi cuatro kilómetros de superficie, el casco histórico de la capital andaluza es el más extenso de España y uno de los tres mayores de Europa, junto a los de Venecia y Génova. Resulta un verdadero placer pasear por el centro de Sevilla, ya que es una zona que concentra una gran variedad de monumentos, iglesias, calles y plazas de ensueño. La catedral y su Giralda, el conjunto palaciego de los Reales Alcázares o la plaza de España son grandes hitos turísticos de Sevilla y son destinos ineludibles para sumergirse en la historia y cultura andaluza. Un buen punto de partida para iniciar un recorrido por el centro de Sevilla es el barrio de Santa Cruz, con sus calles empedradas y laberínticas que desembocan, a través de un pasadizo con arcos y bóvedas de ladrillo, en la plaza Patio de Banderas, donde se puede contemplar una formidable estampa de la majestuosa catedral de Sevilla. Otros puntos neurálgicos de la capital hispalense son la plaza del Salvador, la Campana, la plaza Nueva o la calle Sierpes, famosa arteria comercial y gastronómica de la ciudad, que corre paralela a la también transitada y popular calle Tetuán.
Se suele decir que Sevilla tiene un color especial, puesto que disfruta de muchas horas de sol durante todo el año, y el buen tiempo invita a pasear por sus calles en cualquier época. Eso sí, es preferible evitar los meses de julio y agosto, puesto que "la caló", como dicen los sevillanos, es muy intensa. Pero si hemos de elegir una estación ideal para visitar la capital hispalense, esa sería, sin duda, la primavera. Durante este periodo el clima es de lo más agradable, los parques se embellecen y los naranjos de las calles de Sevilla se llenan de flores, inundando con el aroma de azahar toda la ciudad. Además, los días suaves y soleados vienen acompañados por algunas de las festividades más relevantes de la ciudad, como la Feria de Abril, evento multitudinario que destaca por su belleza y diversión; o la Semana Santa de Sevilla, una de las manifestaciones de arte y fervor religioso más impresionantes que existen en el mundo. Asimismo, la Cruz de Mayo y la Romería del Rocío son otros eventos de carácter religioso que gozan de gran popularidad entre los sevillanos. Aunque solo por contemplar el cielo azul y los reflejos del Guadalquivir en su tramo por el precioso Puente de Triana, ya merece la pena visitar Sevilla en primavera.