Santiago de Compostela ocupa un lugar especial en mi corazón, ya que es aquí donde disfruté de los años más divertidos (¡y formativos!) de mi vida como estudiante universitaria e hice amistades que aún hoy día conservo. Con esta pequeña ciudad de estudiantes y peregrinos me cuesta ser objetiva del todo. Además, cada vez que la visito con alguien que nunca ha estado, me llena de orgullo enseñarles todo lo que hay que ver en Santiago de Compostela, así como mis rincones favoritos.
Todas estas visitas junto a mis cinco años viviendo allí me han servido para confeccionar una ruta que hace posible ver lo mejor de Santiago de Compostela en un día. Se puede llegar a todos estos puntos a pie y ¡algunos están separados entre sí por tan sólo 50 metros! Una de las ventajas de ésto es que hay tiempo de sobra de sentarse a disfrutar de una caña de Estrella Galicia o de degustar la maravillosa gastronomía gallega. Por este motivo he incluido también una recomendación de algún bar, pub o restaurante para cada parada.
Nuestra ruta comienza en este parque que desde el siglo XIX es el favorito de los picheleiros (santiagueses) para pasear, relajarse al sol en el verano y, en los últimos años, salir a correr después de las clases o el trabajo. Allí se celebran en mayo las fiestas de la Ascensión y también se puede disfrutar de sus fuentes, estanques y edificaciones modernistas. En el parque te puedes sacar una selfie con la estatua del famoso dramaturgo gallego Valle-Inclán o visitar a las Dos Marías, las dos ciudadanas más queridas de la capital gallega.
Las Dos Marías eran dos hermanas, Maruxa y Coralia, que en las décadas de los 50 y 60 salían todos los días a pasear por la Zona Vella, vestidas con sus mejores galas y flirteando con los jóvenes estudiantes que se iban encontrando. Tan famosas llegaron a ser, que el ayuntamiento levantó una estatua en su honor en 1994 y desde entonces compite con la catedral por ser el lugar más fotografiado de la ciudad.
O París: En este original café podrás tomarte una caña, comer su delicioso menú del día o tomarte una cunca de viño y hacer homenaje a la antigua ruta del París-Dakar, creada por unos estudiantes hace unos veinte años y que implicaba tomarse una de estas cuncas en cada establecimiento de una ruta de bares por la Rúa do Franco. Como su nombre indica, la alcohólica aventura empezaba en este mítico bar compostelano.
Seguimos con otro de los puntos de encuentro para los santiagueses. La Praza do Toural quizá no sea una de las más espectaculares de la ciudad, pero tiene un encanto especial que hace que merezca la pena pararse y admirar su fuente y el Pazo de Bendaña, donde se encuentra un museo dedicado al artista Eugenio Granell. En Toural se celebran conciertos en verano y durante el periodo navideño tiene la decoración más bonita de todo Santiago.
25 de Julio: No se encuentra en la misma plaza, pero está muy cerca. Esta encantadora y acogedora cafetería-hostal tiene una localización privilegiada. Su terraza era uno de mis lugares favoritos para ir a sentarme a disfrutar cuando salía el sol (sí, ¡en Galicia también hace sol a veces!).
Continuamos por una de las calles más emblemáticas del casco histórico de Santiago que parte de la Praza do Toural para llegar hasta otra plaza, la de Praterías, anexa a la Catedral. En la Rúa do Vilar se pueden ver los característicos soportales santiagueses, tan útiles a lo largo de la historia en una ciudad donde llueve bastante. Paseando por esta calle verás algunas de las tiendas más antiguas de la ciudad, las oficinas de turismo de Santiago y de Galicia y un par de museos: la Fundación Caixa Galicia y la Galería de Arte Moderno Espacio 48.
Café Casino: Este impresionante café data de 1873 y sigue decorado en el estilo de la época. Desde sus sillones, personalidades de la cultura como Valle-Inclán, Castelao o Saramago han contemplado a los viandantes pasear por la Rúa do Vilar al abrigo de su chimenea. Además de cafés y bebidas habituales, ahora también cuentan con una gran selección de gin tonics con marcas de todo el mundo.
Llegamos a uno de los puntos más curiosos y, como decimos en mi tierra, riquiños, de nuestra ruta: la Ruela de Entrerrúas (en castellano “callejuela de entrecalles”). Se trata de la segunda calle más estrecha de Santiago, pero la única que aún no teniendo espacio para dos personas a la vez cuenta, sin embargo, con farolas, portales, alcantarillado y hasta dos restaurantes. Es digna de ver, perfecta para tomar algunas fotos y sirve de nexo con los siguientes puntos de nuestro trayecto, pues conecta la Rúa do Vilar con la Rúa Nova.
A Reixa: Éste era uno de mis bares favoritos en mi época de estudiante y uno de los más míticos de la noche compostelana. Música rock, cerveza, ambiente tranquilo por las tardes que se convierte en un fiestón por las noches junto con el hecho de que fuese a la hora que fuese, sabía que siempre me iba a encontrar a algún amigo allí hacen del Reixa un lugar imprescindible cada vez que vuelvo a Santiago. Además, cuando hace bueno tiene terraza.
Santiago es conocida en todo el mundo por su Camino, pero en Galicia lo que más destaca de nuestra capital es su Universidad, la más importante de la Comunidad Autónoma. La USC (Universidade de Santiago de Compostela) tiene más de 500 años de historia y una gran influencia en la vida diaria y la configuración de la urbe. Ésta facultad fue la primera que se construyó y por eso se encuentra en el centro de la Zona Vella, separada del resto de los centros educativos que se reparten en los dos Campus de la ciudad (Norte y Sur). El edificio data del siglo XVIII y son visitables su claustro y biblioteca, los cuales parecen sacados de un libro de Harry Potter.
A pocos metros de la facultad se encuentra otro de los centros neurálgicos de Santiago: el Mercado de Abastos. Como casi todo en Santiago, se encuentra entre dos iglesias, y se trata del mercado principal de la ciudad. Allí podrás encontrar los mejores productos da terra: verduras, carne, marisco, frutas, etc. El mercado funciona, como el Casino, desde 1873 y aunque se ha modernizado para agilizar las compras de los visitantes, mantiene su carácter tradicional.
Abastos 2.0: Este restaurante de cocina moderna galardonado a nivel internacional es la mejor manera de disfrutar directamente de los productos frescos del Mercado de Abastos en la mesa. Cuenta con opciones como el menú de degustación, la mariscada o tapas para los menos hambrientos.
En el siglo XII éste era el punto conocido como “O Foro”, donde se reunía la población para escuchar al pregonero anunciar las ordenanzas del Arzobispo. Se encuentra en el centro de la Zona Vella y en ella se puede admirar el único edificio del barroco que se conserva en Galicia y que durante 200 años fue la sede del antiguo Concello (Ayuntamiento). En el siglo XIX se levantó el busto dedicado al escritor más célebre de la literatura castellana para conmemorar que éste tenía dos apellidos gallegos: Cervantes y Saavedra.
La Croquette: Un bar ideal para picar algo y tomarte una caña acompañada de alguna de sus tapas o hamburguesas. Haciendo honor a su nombre, sus croquetas son excelentes y para animar a veces organizan conciertos.
En uno de mis veranos en mi época santiaguesa leí un libro que, a pesar de haber sido escrito en 1915, me recordó mucho a mi vida de estudiante en Compostela (obviando el hecho de que en esa época no había mujeres en las aulas, claro). El libro era La Casa de la Troya, de Alejandro Pérez Lugín, y en él se narraban las aventuras y desventuras de un grupo de estudiantes viviendo en una residencia que existió de verdad. Hoy en día es una casa-museo que se puede visitar para descubrir el estilo de vida de los personajes de la novela y de estudiantes reales de la época.
O Camalea: ¡Difícil de encontrar y difícil de dejar! Una de las joyas escondidas de Santiago, al lado del Monasterio de San Martín Pinario, el Camalea tiene un ambiente divertidísimo a cualquier hora del día, buena música y camareros muy creativos (echa un vistazo a Tus Muertos Favoritos).
En su origen, este palacete fue la sede de la Universidad de Santiago. Hoy en día hay todavía algunas oficinas y la Biblioteca Xeral en su interior, pero se pueden visitar su claustro, su capilla gótica y sus salas de exposiciones. Justo al lado del palacete, en un lateral del Colexio de San Xerome, se encuentra uno de los secretos más especiales de santiago: el Árbol de la Ciencia.
Se trata de un árbol de metal de cuyas ramas salen los nombres de las distintas disciplinas universitarias de principios del siglo XX escritas en latín. Cuenta la leyenda que si estás indeciso sobre tu futuro, puedes colocarte de espaldas al árbol, señalar cualquier parte de él y al darte la vuelta…verás la carrera que es tu verdadera vocación. ¡Mucho más fácil que aquellos test interminables que teníamos que hacer en el instituto para ver por dónde tirar!
O Bandullo do Lambón: Paraíso para los amantes de la cerveza, en este ultramarinos podrás encontrar cervezas artesanas, gallegas y del resto del mundo.
La Catedral de Santiago de Compostela no necesita presentación. Uno de los monumentos de mayor relevancia histórica del país, parada final de una peregrinación que se remonta al año 813 y con un gran interés arquitectónico por los diferentes estilos que se utilizaron en su construcción, la Catedral es una visita imprescindible para cualquiera que pase por Santiago. Recomiendo especialmente hacer uno de los tours que se ofrecen en el Museo de la Catedral, sobre todo el que visita los tejados, para conocer mejor la historia de ésta y disfrutar de una vista panorámica de una ciudad donde está prohibido construir edificios altos que compitan con su mayor atracción turística.
Alrededor de la Catedral se pueden visitar la plaza del Obradoiro, donde se encuentra la fachada principal, el kilómetro 0 (punto final del Camino), el Hostal dos Reis Católicos (que en tiempos medievales era un hospital para peregrinos y hoy en día es un hotel de lujo), el Pazo de Raxoi (sede actual del ayuntamiento) y el Colexio de San Xerónimo, en cuyo lateral se encuentra el Árbol de la Ciencia. También te puedes pasar por las plazas de Praterías y de la Quintana para ver la Catedral desde distintos ángulos y disfrutar de las peculiaridades de cada una.
A Horta do Obradoiro: Es uno de los mejores restaurantes en Santiago de Compostela. Su comida es elaborada y deliciosa y a buen precio, y es el mejor lugar para disfrutar de los mejores platos de pescado en la zona. Además, antes de comer siempre ponen unos pinchos para ir abriendo el apetito.
Situado en una colina en el barrio de San Pedro, este parque es uno de los favoritos de los estudiantes (sobre todo Erasmus) para tirarse al sol cuando empieza la primavera. Es muy agradable, y al contar con varios niveles, desde él se puede disfrutar de una vista panorámica de la ciudad que al atardecer es preciosa.
En la entrada del parque se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo de Galicia, más conocido como el CGAC. Es uno de los lugares más importantes para la vida cultural compostelana y cuenta con una colección permanente además de con exposiciones regulares de todo el mundo.