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La Estación Central de Ámsterdam es la principal no solo de la capital de los Países Bajos, sino de todo el país. Aunque no es la única de Ámsterdam The Window Seat, por ella pasan cada día, aproximadamente, 250 000 viajeros. Esta terminal se encuentra muy bien comunicada con el centro urbano y puedes llegar hasta ella tanto en ferri como en Metro, tranvía o autobús. Justo detrás de la estación se halla la parada del transbordador, servicio que conecta la terminal con diferentes puntos de la capital. Lo mejor de todo es que el servicio opera las 24 horas y que, además, es completamente gratuito. También puedes llegar en Metro, dado que la Estación Central de Ámsterdam dispone de una estación de Metro propia (Central Station). Las líneas que pasan por ahí son la 51, 52, 53 y 54. Si optas por el tranvía, puedes tomar líneas como la 4, 14, 24 y 26 para llegar.
Si estás en el centro de Ámsterdam y has comprado billetes de tren baratos, estás de enhorabuena, pues la Estación Central de Ámsterdam está localizada en pleno casco urbano de la ciudad. En concreto, se localiza a una distancia de unos 800 m del centro de la capital. Hemos tomado como referencia la emblemática plaza Dam, en pleno corazón de Ámsterdam, para que te hagas una idea de la distancia entre ambos puntos. De este modo, si te vas caminando hasta la propia terminal, aparte de que es un paseo corto, podrás disfrutar de la agradable calle comercial Damrak. Si, por ejemplo, estás tomando como referencia otros puntos de interés de la ciudad, como el Museo Van Gogh, en este caso, la distancia asciende a unos 3 km. Entonces será más conveniente ir en transporte público, pues el paseo podría alargarse más de 30 minutos.
Si te encuentras en pleno centro de Ámsterdam, la opción más apropiada de llegar hasta la terminal es caminando. No en vano se trata de un corto paseo que no superará los 10 minutos. Eso sí, puede ocurrir que estés en un extremo del centro, en cuyo caso te recomendamos optar por el servicio del Metro para poder llegar en un santiamén y, así, evitar atascos. La frecuencia de paso de los convoyes de Metro es de unos 10 minutos. En función del lugar en el que estés, podría convenirte coger un tranvía hasta la estación, pues son varias las líneas que finalizan su trayecto en ella. Si estás localizado en la parte norte de la ciudad, entonces no cabe duda de que lo más conveniente es coger el servicio gratuito de ferri que opera durante todo el día. En concreto, son las líneas 2, 3, 4 y 5 las que te llevarán hasta la terminal. Así, de paso, podrás disfrutar de una ruta turística desde otra perspectiva.
Desde la Estación Central de Ámsterdam puedes llegar al Aeropuerto de Schiphol, que es el que sirve a la capital holandesa. Se localiza a unos 15 km del centro de Ámsterdam, por lo que puedes tomar un tren para trasladarte hasta el aeropuerto. Normalmente, los convoyes salen de los andenes 14 o 15 y el trayecto ronda los 15 o 20 minutos.
Dado que la Estación Central de Ámsterdam enlaza la capital con todo el país y gestiona en torno a 50 rutas internacionales, es una estación adaptada también para las personas con movilidad reducida. Si estás interesado en los trenes de Ámsterdam a Amberes o en los trenes de Ámsterdam a Colonia, te interesaría saber qué servicios especiales existen en cuanto a accesibilidad. Para tu tranquilidad, te diremos que la estación es totalmente accesible y dispone de ascensores y escaleras mecánicas prácticamente en cada andén, de manera que los pasajeros con movilidad reducida no encontrarán ningún inconveniente para desplazarse. Por otra parte, la terminal de tren está equipada con baños especiales para los viajeros que vayan en silla de ruedas. Cabe señalar que existe un servicio de ayuda a los pasajeros con necesidades especiales a disposición de quien lo precise. El personal especializado de la estación colaborará en los traslados internos.
Ámsterdam cubierta de tulipanes en primavera. Fuente: Shutterstock
Entre las innumerables rutas nacionales e internacionales que operan en la Estación Central de Ámsterdam, también hay trenes nocturnos, y tal vez necesites coger alguno de ellos. Estos convoyes cubren trayectos, por ejemplo, entre Ámsterdam y Haarlem o entre la capital de los Países Bajos y Utrecht, entre otros. En función de la ruta, pueden operar todos los días o solo los fines de semana.
El tren representa uno de los medios de transporte más cómodos para viajar. No solo es uno de los más rápidos, sino también es de los más sostenibles. De hecho, es mucho más respetuoso con el medioambiente que el avión en cuanto a emisiones de CO₂. Es más, la flota de trenes cada vez incluye más convoyes ecológicos que utilizan la energía de una forma muy eficiente.
La Estación Central de Ámsterdam es, sin ninguna duda, uno de los atractivos turísticos más visitados de la ciudad, no solo porque está en pleno centro, sino también por su bella fachada neorrenacentista. Curiosamente, esta terminal la diseñó el mismo arquitecto que ideó el Rijksmuseum, o Museo Nacional de Ámsterdam, ubicado a un paso. Otra de las actividades imprescindibles es acercarse al muelle de Damrak para observar una de las panorámicas más características de Ámsterdam: las tradicionales casitas de colores apiñadas.
Ámsterdam es una de esas ciudades que no se olvidan y que hay que visitar al menos una vez en la vida. La capital de la libertad, de los canales y de las bicicletas es un destino que no puede defraudar a nadie. Las estaciones de tren son siempre el punto de origen de todo recorrido. Desde la Estación Central de Ámsterdam, puedes visitar fácilmente el centro, donde te esperan un buen número de atracciones turísticas de interés, como la Casa Museo de Ana Frank, el barrio Rojo o el barrio Jordaan, de ambiente bohemio. Después de caminar por la ciudad, es posible que te interese conocer algunos de los museos más emblemáticos de la ciudad, como es el caso del Museo Van Gogh, el Rijksmuseum o el Museo de Ciencias NEMO. Y para sumergirte en la cultura local, entra en los denominados ‘cafés marrones’ de Ámsterdam y tómate una cerveza en un entorno de lo más peculiar. Y hablando de cerveza, quizá te apetezca acercarte al Museo Heineken, donde podrás vivir una experiencia distinta para poner el punto final a tu visita.